No es que seamos clarividentes, pero el futuro de Google está en las manos de una persona: Amit Mehta, quien tendrá que decidir cómo serán los próximos 10 años de la empresa. Amit Priyavadan Mehta es el juez estadounidense que lleva el caso antimonopolio del de Estados Unidos contra el gigante tecnológico y que ahora deberá decidir si obliga a Google a vender Chrome, el navegador más popular del país. 

El caso se remonta al recordado 2020, cuando el Departamento de Justicia acusó a Google de violar el Acto Antimonopolio Sherman de 1890. Según sustentan, esta empresa monopolizó los mercados de motores de búsqueda y de publicidad al buscar. 

Ya desde abril de 2024, Mehta determinó que Google había mantenido su dominio en las búsquedas de internet haciendo tratos para evitar que sus competidores crecieran. De esta manera, Google ha cobrado lo que quiere por la publicidad en sus búsquedas. 

“Los incrementos en el precio sin ningún control potenció el dramático incremento en ingresos de Google y le permitió mantener ganancias operativas altas y sorprendentemente estables”, explicó  el juez.

Why Google Is Being Sued by the Justice Department | WSJ

Ahora, en un nuevo round de la batalla jurídica Estados Unidos vs Google, el Departamento de Justicia ha presentado una serie de medidas y recomendaciones para que el juez decida, antes de agosto de 2025, cuál es el mejor camino para acabar con el monopolio del gigante tecnológico.

¿Qué le pide el gobierno a Google?

Específicamente, el Departamento de Justicia ha pedido a Google que rompa sus alianzas de beneficios y económicas con Apple, empresa que tiene a este buscador como su motor de búsqueda por defecto en sus iPhones. Lo propio tendrá que hacer con algunos celulares de Android.

Asimismo quiere prohibir que la empresa tenga preferencia por su motor de búsqueda en cualquier plataforma que posea, como Youtube o la IA Gemini; y que no penalice en los resultados de búsqueda a los sitios web que no quieran utilizar esta tecnología de IA. 

El gobierno también ha pedido que Google comparta el registro de búsqueda y los datos que recopila de los usuarios cuando determina qué tipo de publicidad mostrarles; esto, para darle una ventaja a sus competidores igualando la ventaja que Google ha ganado analizando durante años esta información.

Tal vez la medida más radical que plantea el gobierno es despojar a Google de su navegador de Internet, Google Chrome: un gigante que domina el 61% del mercado y en el que se hacen el 20% de las búsquedas en Estados Unidos, de acuerdo con StatCounter. Además, Google tendría un veto de entre 5 y 10 años para lanzar un nuevo navegador.

De acuerdo con John Kwoka, profesor de economía de la Universidad Northeastern, estas medidas harían que Google compita con otros anunciantes para llegar a las personas y permitiría que estos elijan entre distintas opciones, en lugar de tener que pagar un motor de búsqueda dominante. 

Google Chrome en la cuerda floja

Tras conocerse las intenciones del gobierno de EE.UU, el presidente de Google, Kent Walker, dijo en una entrada de su blog que la propuesta era “extrema” y tenía una “agenda intervencionista radical y exagerada”. Además, argumentó que la seguridad y privacidad de los usuarios de Google podría comprometerse y que, de obligarlos a cumplir este plan, se “afectaría un amplio abanico de productos de Google que las personas aman y les son útiles, más allá que solo las búsquedas”.

¿Es suficiente para acabar el monopolio?

Según le contaron a la revista Wired cuatro ejecutivos que supervisaron equipos en Chrome, Búsqueda y Ads de Google, la innovación de sus rivales y no la intervención del gobierno es la manera más efectiva de destronar a Google como el buscador dominante. “No puedes embutir a las personas un producto inferior”, dijo uno de estos.

Para Rajen Sheth, quien supervisó parte de la estrategia de negocios de Chrome, el mercado está abierto y los usuarios, simplemente, están usando lo que ya saben utilizar. “Teniendo en cuenta el estado tecnológico actual y sus distintas ventajas, ¿hay alguna medida que pueda hacer alguna diferencia? Será difícil”, sostiene.

Sheth se refiere a los más de 25 años de reconocimiento que tiene la marca y su indiscutida potencia computacional, que le permite tener herramientas tan poderosas como Google Maps.

“No importa cuánto trates de nivelar el campo dejuego, las personas siempre se irán con el mejor producto para sus necesidades”, añade.

Otras voces, sin embargo, descreen de esta visión de las medidas que pide EE.UU.. “Las personas olvidan que el éxito de Google no es simplemente el resultado de tener un mejor producto. Hubo una cantidad increíble de decisiones de distribución hechas a la medida de la empresa para que esto pasara”, dijo a The Verge Sridhar Ramaswamy, ex director de publicidad en Google.

Además, un ingeniero que trabajó en Chrome reconoció que el motor de búsqueda podría ser un mejor producto si no estuviese retenido por los intereses empresariales de Google. Denunció, por ejemplo, que la empresa bloqueó añadir funciones amigables con el usuario porque afectaba sus ingresos por publicidad, que dependen de los clics en los resultados de búsqueda. 

Feds push Google to sell Chrome browser to break search monopoly

“Por qué no funciona mejor el autocompletar o por qué las ‘nuevas pestañas’ o el historial no funcionan mejor? La respuesta es que no mejorar esto incentiva a los usuarios a tener que buscar”, aseguró.

Además, algunos competidores ven con buenos ojos las medidas que piden. Guillermo Rauch, CEO de Vercel, una empresa que desarrolla herramientas para páginas web que dependen del tráfico de búsquedas y de publicidad, afirma que “puede ver buenos beneficios de devolver a Chrome a la comunidad”. 

En una declaración,  el CEO del motor de búsqueda rival DuckDuckGo sostuvo que las medidas propuestas por el gobierno “liberaría al mercado del control ilegal de Google y fomentaría una nueva era de innovación, inversión y competencia”.

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Aun con todos estos pronósticos y la difícil situación en la que se encuentra Google, es improbable que este sea su fin. Por un lado, este no es el primer caso que pierde la empresa por monopolio, pues en octubre de 2024 perdió contra una corte de la Unión Europea, por lo que tuvo que pagar 2.4 mil millones de dólares.

Un golpe duro a sus finanzas, pero no una herida a su modelo de negocio. Además, el CEO de Google ya anunció que apelará cualquiera que sea la decisión que tome el juez Mehta, lo cual retrasaría varios años la aplicación efectiva de estas medidas. Además, solo hasta marzo se sabrá el temple con el que el gobierno Trump 2.0 se acerque al caso.