Lo lograste. Después de miles de correos, llamadas y entrevistas, te quedaste con el puesto que llevabas meses persiguiendo. Generalmente nos preparamos para correr una carrera, un maratón, o para algo importante: hacemos un plan. Pero para lo que más tiempo le dedicamos, que es trabajar, no tenemos una estrategia. Las empresas por lo general tienen 3 meses de prueba ya que es el tiempo estándar que te lleva adaptarte a tu nuevo puesto. Esto es lo que debes hacer para aprovechar este periodo.

Primer mes: Observa y recopila información

Nuestro primer impulso es querer hacer y dar resultados lo más pronto posible, pero es difícil que tus iniciativas tengan éxito si no conoces bien a la organización y no te das el tiempo de construir credibilidad ante los demás.


Durante el primer mes, absorbe muy bien todo lo que puedas de la organización, su entorno y lo que les dá de comer (core business). Entiende su mercado, conoce sus productos, utiliza sus tecnologías y sistemas, comprende la estructura organizacional y domina sus políticas y reglas, tanto las estructuradas, como las que se dan de manera informal. La curiosidad será tu principal aliada: te ayudará a saber por qué las cosas se hacen de determinada manera antes de que tomes decisiones precipitadas.


Date el tiempo para conocer las expectativas y metas que tienen para ti en el primer año, la forma de comunicación con tu jefe, quiénes son tus contactos clave internos y externos, formales e informales. Mapea las colaboraciones que tienes en tu día a día.


Segundo mes: Analiza

Ya tienes una idea concreta de la forma en que funciona la compañía; ahora te toca combinarlo con tu perspectiva. Aprovecha cualquier oportunidad y no digas que no, ya sea que te estén pidiendo ayuda o invitando a un bar. Entiende cómo contribuyes a la organización, y qué habilidades (y competencias) necesitas para ser más exitoso y desempeñarte mejor en tu puesto. Muchas veces no hay indicadores ni objetivos específicos, pero eso no significa que no puedas tu construir tus indicadores.


Pregunta si hay algo más que puedes hacer; además de tener la oportunidad de analizar a toda la empresa, entenderás mejor tu rol y darás una buena impresión. Una vez que tus colegas se den cuenta de que eres una persona responsable, podrás priorizar y delegar.

El segundo mes es el mejor momento para empezar a tener logros tempranos: triunfos que te ayudarán a construir credibilidad y generar momentum de forma anticipada. Para alcanzarlos, fíjate metas y escríbelas. Lo más importante será que las monitorees diariamente para que tu progreso sea claro y medible. Comienza a pensar en maneras de mejorar tu entorno.


Tercer mes: Implementa

Ahora que entiendes el funcionamiento de la empresa, conoces a la gente clave y sabes cuál es su estilo de liderazgo, tienes lo necesario para avanzar con cautela. Desarrolla procesos que se alineen con la estrategia.

Valida tus objetivos, y las expectativas. Atrévete a hacer sugerencias, pero recuerda que la flexibilidad es indispensable. Explica bien cómo funcionas y cómo te gusta comunicarte. Busca que te den retroalimentación y te motiven. Después de todo, su éxito va de la mano con el tuyo.

Si haces que tu jefe quede bien, tú también darás una buena impresión.


Define qué quieres alcanzar, comunícalo y aterriza expectativas.