Regreso a las oficinas: ¿un buen negocio?

La pandemia luce cada vez más como un sueño cuyas transformaciones duraron apenas un breve periodo. La nueva normalidad parece estar acabando y, con su fin, llega la vieja normalidad. Incluso prácticas que se consideraban establecidas, como el trabajo remoto, han ido perdiendo popularidad entre trabajadores y, sobre todo, entre las empresas y organizaciones. Como un virus, el regreso a la oficina o return to office está contagiando a empresa tras empresa, a pesar de los problemas que esto le pueda causar a sus trabajadores.

En los últimos meses cada vez son más comunes los titulares en prensa que hablan sobre la apuesta de Amazon para hacer que todos sus empleados regresen a la oficina cinco días a la semana. Además, en los últimos meses ha sonado cada vez más que esta práctica se ha extendido a empresas como Google, Apple, Disney y The Washington Post, pero este fenómeno no es exactamente nuevo.

A mediados de 2022, la Universidad de Stanford publicó una investigación sobre la resistencia de los trabajadores a volver a la oficina. Entre otras cosas, las encuestas identificaron que el 20% de los trabajadores, generalmente de cargos gerenciales, no estaban yendo tantas veces a las oficinas como habían pedido sus organizaciones.

Es decir que los trabajadores están resistiendo a estos mandatos para mantener el trabajo en casa o híbrido, por lo que decidir el regreso a la oficina no es simplemente una decisión que toma un CEO.

Jugada arriesgada

Para el columnista y pequeño empresario Gene Marks, las políticas de regreso a la oficina son una jugada arriesgada que puede hacer más daño que bien no solo a los empleados, sino al funcionamiento y la reputación de toda la empresa.

Si bien trabajar en oficina puede mejorar la cultura laboral, mejorar la innovación y facilitar procesos entre distintas áreas, lo que demostró la flexibilidad laboral es que el lugar donde se trabaja no impacta en el desempeño de las personas. Por eso, sostiene, es difícil cuantificar los pros y contras de implementar esta política.

Por ejemplo, un equipo trabajando en un mismo espacio facilita y acelera algunos procesos, entre otras ventajas. Pero regresar a la oficina también implica mejorar y adecuar los espacios para ofrecer ventajas y comodidades que, aunque no sean las mismas que tenían los trabajadores en sus casas, sí los motive a ir a este espacio.

De acuerdo con un reporte del estado del trabajo remoto de 2023, el 71% de las empresas reconocen ofrecer trabajo en casa. “Quitar este beneficio significa que ya no ofreces algo que la mayoría de tus competidores sí ofrecen, lo que te pone en clara desventaja”, sostiene Marks.

Pero estas no son las únicas desventajas que ha mostrado obligar a los trabajadores a volver a la oficina. Hay evidencias de al menos cuatro impactos directos sobre los trabajadores y su productividad.

Las órdenes para volver a la oficina aumenta la renuncia (sobre todo de mujeres)

De acuerdo con la investigación ‘Women in the Workplace 2023’, hecha por la consultora McKinsey y LeanIn.Org, las mujeres asumen desproporcionadamente más labores de cuidado, con los hijos o con la casa, que los hombres. Por eso, el 38% de trabajadoras que son madres jóvenes aseguran que tendrían que renunciar o reducir su carga laboral sin flexibilidad laboral.

Esto mismo lo han confirmado los propios líderes de las empresas. Según un estudio de Upwork, el 63% de cargos gerenciales de empresas que implementaron órdenes para regresar a la oficina, dijeron que esta política provocó que una inmensa cantidad de mujeres renunciara.

Pero aunque afecte más a las mujeres, no son las únicas. Cuando las empresas obligaron a regresar a la oficina, los millennials redujeron sus ganas de seguir allí en 10%, y las personas con alto rendimiento en un 16%, según mostró una encuesta de Gartner.

Erosiona la moral

Es cierto que el trabajo en oficina tiene muchas ventajas para los empleadores. Sin embargo, obligar el regreso a la oficina no es simplemente una política que anunciar: necesita de acciones de vigilancia sobre su ingreso y salida. Pero estas estrategias de monitoreo no son ni necesarias ni útiles, según respondieron el 73% de 1.400 entrevistados por Glassdoor.

Esta vigilancia, según se ha reseñado en la revista Harvard Business Review, hace que los trabajadores pierdan la confianza, se sientan controlados y tiendan a sentir resentimiento e insatisfacción.

Reduce el compromiso y la productividad

A este fenómeno se le ha llamado “resentismo”, que ocurre cuando el trabajador debe seguir en su cargo aunque se sienta atrapado. Una encuesta hecha por Great Place to Work a casi 4500 trabajadores en EE.UU., mostró que los trabajadores que podían elegir la forma de trabajo que más les sirviera, tienen 14 veces menos posibilidades de renunciar. Estos trabajadores también tienden más a exceder expectativas y disfrutar su trabajo.

El estudio encontró que cuando los trabajadores eran obligados a un tipo de trabajo, remoto o en oficina, se reducía su productividad.

Hace más difícil atraer nuevo talento

Sí, dijimos que todo parecía estar volviendo a como era antes, pero esto no es del todo cierto. Por ejemplo, la flexibilidad laboral ya no es un beneficio de algunas empresas, para muchos es una necesidad.

De acuerdo con el reporte Global Workplace Insights, casi un tercio de las compañías que forzaron el regreso a la oficina han tenido problemas con la incorporación de nuevo talento.

También mostró que el 42% de los empleadores ha experimentado un mayor tiempo entre perder a un trabajador y encontrar su reemplazo.

Además, estás políticas del trabajo en oficina harán que las empresas sean cada vez menos diversas, de acuerdo con el profesor de Harvard Business School, Prithwiraj Choudhury: “Serán más blancas y masculinas”, dijo a The Washington Post.


Si bien parece como una ola que está llegando a todo el mundo, los datos parecen mostrar un escenario menos catastrófico. Muchas encuestas e investigaciones evidencian que cada año los trabajadores que trabajan de forma remota o híbrida son más. En agosto de 2024, por ejemplo, fueron 22.8%, un 3% de los trabajadores que reportaron los mismo el año anterior.

Finalmente, según un reporte de Glassdoor, es posible que en 2025 aumenten las órdenes de regreso a la oficina, pero es improbable que el trabajo híbrido y remoto desaparezca en poco tiempo.