Nadie sabe sobre todo ni tiene las habilidades para responder a cualquier situación. Si bien esto puede ser algo obvio y aunque sea evidente que necesitaremos de una mano amiga para lograr ciertas metas, a las personas nos cuesta trabajo pedir ayuda. La principal causa de esta incapacidad para pedir asistencia es el miedo, bien sea a ser rechazados, a que se burlen de nosotros o que, al hacerlo, parezcamos un fraude. Pero la mayoría de veces estos miedos son infundados y, de hecho, pedir ayuda puede volverse una herramienta para mostrar confianza y fortaleza. 

De acuerdo con el psicólogo, autor e investigador Jeffrey Davis, el miedo que sentimos al tener que buscar ayuda se debe a que la sociedad valora más que nada ser autosuficiente, por lo que la sola idea de pedir una mano puede destrozar tu confianza y cuestionar tus propias habilidades. Además, la sola idea de que nos digan que no puede provocarnos dolor

A esto se le suma un sesgo psicológico conocido como la ‘ilusión de transparencia’, que nos hace creer que nuestros estados internos son evidentes para los otros. Para Davis, esto dificulta articular correctamente nuestras necesidades frente a los demás. 

Para Melody Wilding, trabajadora social y autora del libro ‘Trust Yourself: Stop Overthinking and Channel Your Emotions for Success at Work’, pedir ayuda no tiene por qué parecer una debilidad, pero lograr esto requiere equilibrio entre humildad y fortaleza. “Cuando te acercas a otros con confianza, es más probable que te vean como seguro, pragmático y como alguien que sabe cómo asumir retos complejos”. 

Precisamente, una invitación encontró que esto ocurre porque esto demuestra conciencia de tus propios límites y que, además, valoras la experiencia de los demás. Pero, entonces, ¿cómo lograr que pedir una mano sea visto como algo positivo sobre tu profesionalismo?

Empieza fuerte y no te disculpes

Primero que todo, investigaciones han mostrado que hacerlo cara a cara es 34 veces más efectivo que por otros medios, así que descarta hacerlo por otros medios.

Luego de esto, ten en cuenta que lo primero que digas marcará el tono de la conversación, por eso, Wilding recomienda evitar frases como: “Disculpa que te quite el tiempo”; “odio tener que molestarte con esto, pero”. Este tipo de ideas mitigan la importancia de tu petición y hace ver como que lo que vas a pedir no es importante. 

Además, comenzar con una disculpa, explica Davis, hace parecer como que estamos haciendo algo malo y lo que vamos a pedir se verá de forma negativa. De la misma manera, decir que “odias pedirle” a alguien su ayuda, hace parecer que su consejo y asistencia no es importante. Tampoco lo pidas como si fuera un favor, pues esto puede hacer sentir a las personas obligadas a hacerlo. 

Wilding propone este tipo de comienzos: 

  • Me gustaría conocer tus ideas en este asunto que estoy enfrentando.
  • Me preguntaba si podríamos hablar sobre algunas estrategias potenciales que estoy considerando para avanzar en este asunto. 

Reconoce su experiencia pero no resaltes tus falencias

Este ejercicio de malabarismo dialéctico requiere práctica, pues es fácil caer en la tentación de ser demasiado humilde para pedir ayuda. Sin embargo, “un intento por ser modesto, aunque bien intencionado, puede ser un arma de doble fijo, pues te resta credibilidad al tiempo que hace sentir incómoda a la otra persona”, explica Wilding.

Es decir que no debes comenzar diciendo algo como “me siento bobo por preguntar, pero tu sabes mucho de este tema”. La idea sí es resaltar sus habilidades y cómo te pueden ser útiles, no mostrar qué te hace falta a ti. 

Al resaltar las habilidad y capacidades de la otra persona, el cerebro los hace sentir valiosos e inteligentes. Por ejemplo, algunas investigaciones han mostrado que las personas tienden a decir más “sí” cuando se le pide ser un “donante generoso” que cuando, simplemente, se les pide donar.

Algunas ideas y situaciones, según Wilding, pueden ser:

  • Sé que has trabajado en proyectos como este, entonces te pensé como la persona perfecta para pedir una mano. 
  • He visto que te gusta la tecnología, ¿puedo hacerte unas preguntas?

Davis también recomienda no pedir ayuda de manera transaccional, esperan que la otra persona entienda que estaremos en deuda con ella por esta ayuda. “A las personas no les gusta sentir que otros les deben y es más probable que te ayuden si muestras apreciación genuina por su ayuda en lugar de asignar un valor monetario por esta”, explica.

Sé conciso, preciso y específico

Si no sabes cómo explicar el asunto para el que estás buscando ayuda, le estás pidiendo a la otra persona dos favores: que trate de entender tu problema y, además, que le busque soluciones. 

Por eso, simplemente establecer de forma clara y precisa cuál es el problema y qué necesitas, estás ahorrándole trabajo a los demás. Davis recomienda no exagerar con la explicación, simplemente describir cuál es la tarea que necesitas, por qué es importante y cómo esta persona puede contribuir.

“Intenta ser tan específico como sea posible para que sepan exactamente qué necesitan hacer y puedan calcular cuánto tiempo y energía les tomará”, añade Davis.

Wilding sugiere que, por ejemplo, no digas “estoy teniendo un problema con esta presentación” y, en vez, digas algo del tipo: “He preparado contenido para la presentación, pero tengo dudas del órden de las últimas diapositivas”. 

Avanza lo que más puedas y hazlo personal

Aunque pedir ayuda no debe sentirse como la última y desesperada opción, sí necesitas haber hecho algo de trabajo previo. Revisa los informes y documentación más reciente, intenta hacer nuevos acercamientos al problema. En otras palabras: investiga. 

Wilding explica que esto permite saber qué has hecho o pensado para que la otra persona tenga un punto de partida más claro y puedan dar una ayuda más completa. Además, esto ahorra tiempo y también demuestra iniciativa y que “intentas acercarte al problema metódicamente”.

¿Cómo puede verse esto?

  • He mapeado tres escenarios potenciales basados en nuestros recursos; tengo los pros y los contras, ¿podemos hablar de qué posibilidad de parece realista?
  • He revisado la estrategia de algunos de nuestros competidores y tengo algunas ideas sobre cómo mejorar, pero me gustaría tener tu opinión.

Muestra resultados

Finalmente, Davis recomienda mostrarle los resultados a la persona que te ayudó. Más allá de mostrar gratitud porque creemos que la generosidad es su propia recompensa, a las personas les gusta sentirse efectivas, sostiene. “Tómate el tiempo para mostrarle a las personas que te ayudaron porqué esta ayuda no solo te importa, sino cómo esta colaboración tiene un impacto más grande en tu vida y trabajo”.