El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró al Covid-19 como una pandemia. La decisión provocó un cisma tan profundo en la sociedad y la cultura que, cinco años después, sus efectos se siguen viendo. Por supuesto, el evento también sacudió los cimientos y creencias más sólidas sobre el trabajo y cómo nos relacionamos con este. Así, el primer gran cambio obligatorio fue la cultura de la presencialidad. En pocos meses de 2020, se demostró que muchas industrias estaban listas para funcionar remotamente.
Desde entonces la tendencia se ha mantenido y millones de trabajadores han ganado más tiempo para sus vidas personales. Sin embargo, esto puede estar por cambiar. Cinco años después, las oficinas y espacios de trabajo siguen sintiendo los efectos del devastador Covid-19.
Así, a pesar de las ventajas que representó para los trabajadores, los siguientes años estas personas enfrentaron y enfrentan las consecuencias de la cuarentena y de sentirse atrapados en trabajos que no desean: estrés y burnout en aumento, una mezcla de la vida con el trabajo y la lucha por conservar uno de los avances que dejó la pandemia, el trabajo híbrido.
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A continuación, te mostramos un panorama de cómo está la cultura laboral y las oficinas cinco años después de la pandemia.
La vida y el trabajo se mezclaron
La dinámica del trabajo remoto abrió la puerta a otro fenómeno: la separación entre el trabajo y la vida personal se hizo cada vez más sutil.
Esto ocurrió porque antes de 2020, la vida giraba alrededor del trabajo, de acuerdo con Nirit Cohen, estratega líder de Recursos Humanos y líder de pensamiento de Future of Work. “Pero esa idea cambió cuando los hogares se volvieron oficinas y los empleadores tuvieron que reconocer al ser humano completo detrás del empleado”.
Esto ha implicado, por ejemplo, un cambio de paradigma frente a lo que se considera éxito: ya no solo se trata de grandes sumas de dinero, sino de tener una vida satisfactoria y plena. “Los empleados esperan que sus organizaciones apoyen la salud mental, cargas laborales razonables y flexibilidad para su vida personal”, sostiene Cohen.
De hecho, las empresas que han ignorado estas dimensiones humanas están viendo un aumento del burnout y el desgaste en sus empleados a un nuevo récord en 2024, de acuerdo con una encuesta de la Aflac.
Además, hay un récord de emociones negativas como estrés y preocupación, una tendencia que comenzó con la crisis mundial en 2020 y se ha mantenido alta desde entonces. Según Gallup, los jóvenes son más susceptibles a estas emociones.
Y a esto se suma un incremento en la insatisfacción laboral de los empleados.
Desplome del compromiso de los trabajadores
Lo que comenzó en 2021 como ‘La Gran Renuncia’, ha evolucionado poco favorablemente en lo que la encuestadora Gallup llama ‘El Gran Desapego’: la sensación creciente de falta de compromiso con sus trabajos, satisfacción y elección.
Debido a esto, el 2024 fue el año en que más se buscaron nuevos trabajos desde 2015, al mismo tiempo que la satisfacción laboral ha alcanzado un mínimo histórico. De acuerdo con Gallup, el problema es que “contrario a lo que pasó durante ‘La Gran Renuncia’”, muchos empleados frustrados no están pudiendo dejar sus cargos debido a un mercado laboral que se ha enfriado y una economía tensa por la inflación. Como resultado, los trabajadores se sienten atrapados en esta insatisfacción”, explican.
Esto es especialmente notorio en los cargos de liderazgo. Ben Wigert y Heather Barrett, también de Gallup, lo denominan ‘El apretón del gerente’, y es una tendencia desde 2020 que muestra que, al tiempo que los líderes sienten cada vez menos que sus organizaciones se interesan en su bienestar, comienzan a buscar activamente un nuevo trabajo.
Otra razón detrás de este desplome, según el director científico de Gallup, Jim Harter, es que los empleados se sienten menos conectados con la misión y el propósito de sus organizaciones.
“Las personas quieren saber que sus trabajos importan y que sus empleadores hacen un cambio en el mundo”, explica Harter. “Compartir una misión también conecta a las personas. Los empleados altamente conectados sienten que pertenecen a una comunidad, no solo a un trabajo”.
Hoy, solamente el 30% de los empleados sienten esta conexión y generar esta conexión es mucho más difícil para los trabajadores remotos, pues la “distancia física crea una distancia mental con su empleador”.
Precisamente, la lucha por el trabajo híbrido, remoto y en oficina es otro cambio que llegó con el 2020.
La lucha por el home office
Si bien la pandemia fue una temporada terrible para la humanidad, los trabajadores ganaron un poco con el teletrabajo. El 2020 no solo demostró que la infraestructura de Internet era suficiente para mantener muchas industrias funcionando sin una oficina central, sino que esto mejoraba la calidad de vida de sus trabajadores, pues les ahorraba algunas horas para sí mismos.
Mientras que en 2019 sólo el 8% de trabajadores que podían trabajar remotamente lo hacía, para marzo de 2020 esta cifra creció hasta el 70%. En 2025, 4 de cada 5 empleados tiene algún tipo de flexibilidad remota.
- 55% tiene trabajo híbrido.
- 26% tiene trabajo remoto.
- 19% tiene trabajo de oficina.
A pesar de que el trabajo híbrido ha sido una política estable desde mediados de 2022, muchas empresas, entre estas gigantes como Amazon, llevan meses presionando por un regreso permanente a las oficinas, aun sabiendo que puede erosionar la moral de los empleados y aumentar la pérdida de talento humano, sobre todo de mujeres.
Aunque las modalidades híbridas y remotas tengan tanto ventajas como retos, la autonomía que da la flexibilidad empodera a los trabajadores donde y cuando funcionan mejor. Sin embargo, según ha visto Gallup, las preferencias para trabajar de los empleados están empatadas.
Una mitad prefiere tener límites claros entre su trabajo y su tiempo personal, mientras que la otra mitad prefiere mezclar estos tiempos y moverse con fluidez entre ambos a lo largo del día. “Ningún estilo es superior, pero los empleados están más satisfechos y productivos cuando pueden trabajar en su estilo favorito”, explica Harter.
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Para Nirit Cohen, más allá del trabajo remoto o en oficina, el futuro del trabajo será cada vez más digital, mejorado por la IA y “anclado a herramientas que ayuden a los equipos a colaborar, decidir, y entregar valor”. Y esto sin contar con el cambio en las dinámicas de consumo de los clientes y que el papel de los líderes y gerentes es ahora más necesario que nunca.