¿Cómo manejar correctamente un despido?
Contrario a lo que mostraba el concurso The Apprentice, en el que el entonces presentador Donald Trump despedía cada semana a un aspirante a su cargo, despedir empleados es una de las tareas más amargas y difíciles por las que una empresa debe pasar. Aun si existen razones de peso para dejar ir a un trabajador, esta siempre será una decisión que afectará la vida de otra persona.
Desafortunadamente, los últimos meses han mostrado la cara más dura de la crisis económica que se prevé y parece advertir que los despidos serán comunes durante 2023. Además, una recesión en el horizonte parece complicar la situación financiera de todo el mundo.
De hecho, varias empresas (especialmente las relacionadas con tecnología) han despedido a miles de colaboradores. A comienzos de febrero, solo Yahoo despidió a un quinto de todos sus trabajadores.
Por eso, y aunque quisiéramos que nunca debas afrontar un escenario de despido a alguno de tus empleados, no sobra estar preparado para hacer un despido responsable, donde la integridad del trabajador y la empresa queden en pie; porque, aunque sea una mala noticia, puedes hacerlo de forma humana, justa y correcta.
Piensa, planea y ejecuta
El Consejo de Recursos Humanos de Forbes recomienda no sorprender a los empleados con los despidos. Esto implica que, antes de que tomes la decisión de despedir a un empleado, este debe saber que el despido es una posibilidad.
Si las razones para la reducción de personal son económicas, tus empleados deberían estar al tanto de los problemas financieros de la empresa. Lo mismo sucede cuando la causa está relacionada con el desempeño: el trabajador debió recibir varias advertencias de que su rendimiento no era el que esperabas.
Aun así, un despido nunca es fácil y puede ser similar a un divorcio, de acuerdo con el consultor en gestión Dick Grote, pues “sin importar lo doloroso que pueda ser un divorcio en su momento, le permite a dos personas corregir un error y moverse a un futuro más satisfactorio”.
Por eso, Grote sostiene que para hacer un buen despido, debes tener claro una ruta de acción: ten un guión preparado y trata de apegarte a él, pero nunca olvides a lo que te enfrentas. “Esto no es una sesión de conciliación. Es el anuncio de que una decisión irrevocable se ha tomado”.
Guiándonos en su experiencia, hemos reunido varios pasos para que tengas en cuenta:
1.Ve directo al punto. No hagas charla innecesaria. De ser posible, comienza la reunión anunciando que tienes malas noticias. Así, la persona se preparará para lo que tienes que decirle.
El periodista Marc Davis, con más de dos décadas investigando finanzas y negocios, también recomienda ser abierto y franco con la persona que se irá sobre las razones por las que tomas la decisión. Incluso si es debido a un bajo rendimiento, el mejor favor que puedes hacer es decirle la verdad.
2. Explica en tres o menos oraciones cortas las razones por las que estás terminando con el trabajo de la persona. “Di ‘tu trabajo se terminó’, en lugar de ‘se terminará’”.
Grote advierte evitar usar frases clichés que pueden sonar falsas.
- No digas: “Entiendo cómo te sientes”.
- No digas: “Sé que esto duele ahora mismo, pero más adelante te darás cuenta de que esto fue lo mejor que pudo pasar”.
- Evita las justificaciones.
- Da el tiempo suficiente para que la noticia se asiente.
- Recuerda siempre la regla de oro: trata a los otros como te gustaría que te trataran a ti.
Davis apoya esta técnica, pues cree que “es la manera más humana de manejar un despido”. Incluso, sugiere que puede ser buena idea hacerlo el viernes en la tarde, pues es el momento en que menos repercutirá en los otros trabajadores y puede servir para que la persona tenga un fin de semana para enfrentar la noticia.
3. Escucha al trabajador. Rabia, negación y hasta un choque son algunas de las reacciones más comunes ante un despido. Por eso, Grote recomienda escuchar lo que tenga que decir el trabajador, de forma que sepas cómo está asumiendo la noticia.
Esto te ayudará a ser empático y a entender la difícil situación de la persona que es despedida. Si puedes permitirlo, piensa en una reubicación, en una recomendación o en guianza profesional para esta persona.
4. Cierra con broche de oro. Los finales son tan importantes como los inicios, así que puedes terminar la reunión agradeciendo los aportes del ex trabajador a la empresa. “Puedes acompañarlo a la puerta, desearle lo mejor y partir, ambos, con la dignidad intacta”, afirma Grote.
¿Y en el imperio de Zoom?
Todo lo anterior funciona en un escenario muy conocido hace unos años: la oficina. Sin embargo, ¿aplican las mismas guías cuando hablamos de un despido en línea?
El covid-19 cambió nuestra relación con el trabajo presencial. Una reciente encuesta de Gallup mostró que 8 de cada 10 personas tiene un trabajo remoto o híbrido. Además, un estudio de AT&T espera que el trabajo remoto aumente hasta al 81% en 2024.
No en vano los despidos masivos en línea se han vuelto una de las noticias más frecuentes de los últimos meses, con empresas, como Twitter, despidiendo más de 2.500 personas simultáneamente.
Este tipo de despidos son escandalosos porque incurren en dos prácticas incorrectas: son masivos y no tienen una conversación directa, de acuerdo con Hayden Woodley, profesor asociado de la Ivey Business School.
En nuevos escenarios, sin embargo, en los que el personal ha trabajado en un ambiente completamente remoto, los parámetros deben ser otros.
De acuerdo con Nicholas Bloom, profesor de economía de la Universidad de Stanford, “los despidos por Zoom son completamente razonables en un mundo donde los empleados son reclutados, entrenados y trabajan principalmente en línea. De hecho, para trabajos totalmente remotos, sería muy extraño si la única vez que te encuentras con tu gerente es para que te despidan”.
Ante esta realidad y aunque los despidos por Zoom no tengan el toque personal y cercano que recomiendan los expertos, un despido por este medio puede ser tan profesional y empático como otros.
De hecho, la inversora, conferencista y entrenadora de empresarios para charlas en público Kathryn Janicek plantea varias recomendaciones cuando debas terminar el contrato de un trabajador por medios virtuales.
- La visualización es clave
Ante la falta de contacto físico, crear un vínculo para decir lo que tienes que decir puede ser difícil. Janicek recomienda, entonces, visualizar quién es cada uno de tus trabajadores. Puedes tratar de responder preguntas como: ¿Cuántos años tiene? ¿Desde dónde atiende la reunión? ¿Quiénes son sus amigos y familia?
- Presta atención a tu lenguaje corporal
Sin duda, tu audiencia buscará señales de que estás nervioso, como mover tus gafas, rascar tu barba o mover y girar tu silla. No solo no hagas esto, sino que trata de inclinarte levemente hacia la cámara. De acuerdo con Janicek, esto da la apariencia de estar más involucrado en la conversación.
Tampoco dejes quietas tus manos, pues parecerás un tronco, y tampoco las escondas. Muévelas naturalmente para enfatizar o mostrar emoción.
- Mira directamente a la cámara
Mirar a la cámara será como mirar a cada empleado a los ojos, por esto, la cámara no debería estar muy alta, para no parecer débil; ni muy abajo, para no verse intimidante, sino justo en frente. La única excepción debería ser cuando un empleado esté hablando y estés escuchando lo que dice.
- Cuida tu respiración
Para Janicek, es normal que tengas emociones como la vergüenza o la rabia en este tipo de reuniones. Además, la ansiedad afecta cómo se escucha tu voz y, en consecuencia, cómo te estás proyectando en la reunión. Por suerte, eso puede combatirse con una buena respiración.
Toma un respiro profundo desde tu estómago antes del gran anuncio. Luego, manténte haciendo esto cada dos o tres frases. Así nunca perderás la voz y sonarás más seguro.
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Si has llegado hasta aquí, lo más probable es que tengas más de una razón para dejar ir a un trabajador. Y aunque aunque no te guste ser portador de malas noticias y ponerle fin a las relaciones, no hacer nada puede ser peor para todos.
“El problema más común con los finales es que no pasan tan rápido como deberían. Una vez se ha tomado la decisión de quitar el tapón y comenzar de nuevo, no lo pospongas con la falsa esperanza de que -de alguna manera- las cosas seguirán funcionando. Nunca funcionan. Recuerda: no son las personas que despides quienes hacen tu vida miserable. Son las que no despides”, sentencia Grote.