Si alguien te dice que los villanos de Disney son un buen modelo a seguir, seguramente pensarás que la persona se ha enloquecido. Pero piénsalo dos veces: sin duda son ruines, egoístas y maquiavélicos, pero también es innegable su habilidad para establecer metas claras, específicas y tener la motivación de sobra para conseguirlas.
Por el contrario, muchos trabajadores deben luchar a diario con la falta de sentido y propósito para hacer su trabajo y, con frecuencia, las metas no se vuelven combustible para lograr nuevas cosas, sino una carga pesada que deben arrastrar a cuestas.
Esto era lo que le sucedía a la conferencista y coach Nora Tobin, quien lo primero que hacía al ver que no cumplía sus propósitos de Año Nuevo era juzgarse. “En lugar de simplemente reconocer que no lo logré esta vez e intentarlo nuevamente con ánimo el siguiente lunes, me enfocaba en la decepción y renunciaba a la meta. La mente es una herramienta poderosa, con la habilidad de propulsarnos o agotarnos”, dice.
Por eso, hemos recolectado algunos consejos importantes para que tu trabajo no se vuelva una carga, sino que te acerques a este como todo un villano: estableciendo objetivos claros y encontrando, todos los días, el propósito por el que quieres cumplir tus metas, incluso si esta es conquistar al mundo.
Establece metas, no tareas
Varias investigaciones han demostrado que establecer metas claras ayuda a mejorar el desempeño de las personas en el trabajo, al mismo tiempo que facilita el esfuerzo y el tiempo necesario para conseguirlas.
Sin embargo, para que establecer metas te ayude a recuperar la motivación, estas deben establecerse como propósitos concretos y no como abstracciones.
Esto significa establecer objetivos claros en lugar de vaguedades. Así, una meta para un vendedor podría ser “conseguir 10 nuevos clientes durante la semana”, en lugar de “hacer lo mejor posible todos los días”. Así, por ejemplo, la meta de la malvada Úrsula, de La Sirenita, no era “ser reina”, sino “engañar a Ariel para poder hacerse con el tridente del Rey Tritón y gobernar todo el mar”.
Si tienes problemas con la fijación de metas, puedes probar el modelo SMART, que plantea establecer objetivos que sean específicos, medibles, alcanzables, realistas y temporales.
Plantea metas que sean un fin en sí mismas
De acuerdo con Ayelet Fishbach, profesora de ciencia comportamental y mercadeo en la Escuela de negocios Booth de Chicago, las metas deberían desencadenar motivaciones intrínsecas en lugar de extrínsecas.
“Una actividad está intrínsecamente motivada cuando se percibe como su propio fin; y tiene una motivación extrínseca cuando es vista para servir a un propósito ulterior separado -ganar a un premio o evitar un castigo, por ejemplo-”, explica Fishbach.
Además, según lo ha comprobado en investigaciones Fishbach, las personas que establecen como propósitos de Año Nuevo metas que disfrutan, como practicar un nuevo pasatiempo, tienen más probabilidad de apegarse a ellas durante más tiempo.
No en vano el mayor deseo de Scar, el tío de Simba, era ser el rey de la manada, objetivo que consiguió y mantuvo durante varios años, mientras Simba crecía.
Sin embargo, esto no siempre es posible en el mundo laboral, pues con frecuencia encontraremos tareas y labores que no nos gustan. Para Fishbach, el truco en estas circunstancias es enfocarse en los elementos de la tarea que sean satisfactorios: puede ser una oportunidad de mostrar nuevas habilidades para los jefes o un ejercicio para fortalecer tu relación con compañeros de trabajo.
Busca recompensas adecuadas
Además de que se siente bien ser recompensado por el trabajo bien hecho, hay evidencia que muestra que tomar recompensas por terminar tareas pequeñas o grandes afecta positivamente la motivación.
Una recompensa puede ir desde comer un pequeño dulce, salir a caminar un rato o ver un episodio de tu serie favorita. Lo importante es que tengas un sistema de recompensas que pueda premiarte por tus logros.
Fishbach advierte, sin embargo, sobre no cometer algunos errores a la hora de establecer este sistema, y que puede convertir una recompensa en un incentivo perverso.
Por ejemplo, evita recompensarte por hacer más de cierta tarea que requiera calidad y no cantidad; o sea, hacer más, pero peor. Otro error común es premiarse con incentivos que van en contra de las metas establecidas. Así, una recompensa para alguien que está a dieta, no debería ser una hamburguesa con gaseosa.
En este caso podrías tener en mente la lección del ruin hechicero Jafar quien, en busca del poder absoluto, deseó convertirse en genio, ignorando que esto lo condenaría eternamente a vivir en una lámpara mágica.
Otra forma de recompensa está no en lo que puedes ganar, sino perder. Un estudio de 2016 mostró que las personas a las que les quitarían dinero por no cumplir una meta diaria, tenían más probabilidad de apegarse a su objetivo, que aquellas a las que les pagan por cumplirlo.
El calendario es tu amigo
Cuando el dios del inframundo, Hades, supo que habría un momento en el que podría conquistar el Olimpo, planteó un objetivo a 18 años en el futuro. Y si bien esto puede deberse a su cinismo y perversidad, se ha demostrado que tener una fecha establecida para cumplir un objetivo mejora el desempeño cognitivo.
No en vano, fijar una meta clara para terminar una tarea ayudará a fomentar la motivación. Precisamente, tener en mente el tiempo que tenemos para cumplir con un objetivo es una de las claves del método SMART.
Sin embargo, la búsqueda de resultados no es una línea recta hacia la meta. Es más, Fishbach advierte que es usual tener un subidón de motivación hacia el comienzo y final de las tareas, pero no en el tiempo intermedio.
Precisamente para que este periodo no sea tan largo y la motivación se diluya en un proyecto que parece eterno, la profesora recomienda dividir el objetivo en metas más pequeñas, cortas y alcanzables.
“Otro truco mental involucra enfocarte en lo que has hecho hasta el punto medio de una tarea y luego fijar tu atención en lo que te falta por hacer. Mi investigación ha encontrado que este cambio de perspectiva puede incrementar la motivación”, sostiene.
El cielo son los otros
Como dice el famoso poema de John Donne, ningún hombre es una isla. El ser humano es un animal social y rodearse de la compañía correcta puede ayudar a motivar a las personas. Incluso, se ha probado que simplemente sentarse cerca de una persona que tiene un desempeño alto puede mejorar el desempeño laboral.
Pero la compañía en el trabajo no debe estar relacionada estrictamente al cumplimiento de objetivos. Construir y crear amistades y relaciones interpersonales duraderas en el trabajo es una manera perfecta para aumentar la motivación laboral.
“Una de las mejores maneras de ser más feliz en el trabajo y mantener tu motivación para trabajar es construir relaciones laborales. Las amistades en el trabajo incrementan la satisfacción, retención y productividad”, asegura la coach en liderazgo y desarrollo personal Hanna Hart.
Tal vez pensando en esto, el traicionero Lyle Tiberius llevó a su propia tripulación para saquear la ciudad perdida de Atlantis, aunque su plan falló, finalmente, por engañarlos también a ellos.